roto y rendido

"De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto" Juan 12:24 RVR60

       Al entrar en la temporada de acción de gracias y celebración, que nuestros corazones se fijen en la verdad de nuestro propósito en esta vida, y no en las distracciones de las transiciones, los cambios de paradigma y las nuevas estructuras. Han pasado tantas cosas, y siguen pasando, que la capacidad de centrarse verdaderamente en los cimientos por los que existimos puede decaer y, a veces, convertirse en una práctica de palabrería y no de corazón. Sin embargo, si alguna vez se aprendió una lección de la vida, es que cuando las cosas no tienen sentido, es una oportunidad para postrarse con una sinceridad rota y una esperanza entregada a nuestro Creador autoexistente y Rey que todo lo sabe.

       Pero, ¿qué significa estar roto? ¿Por qué es necesario ser quebrantado en lugar de poner el hombro en la rueda y permitir que la ciencia resuelva los asuntos de nuestro sistema hecho por el hombre? ¿Cómo es que uno realmente se rinde?

       Puede ser más efectivo desglosar las piezas identificando lo que no es. Si miramos la historia registrada, en el libro de Jonás, cuando la Palabra del Señor salió a predicar a Nínive, Jonás decidió no seguir la instrucción y, en cambio, optó por rebelarse. Por supuesto, la consecuencia de su rebelión y terquedad lo llevó al vientre de una ballena durante tres días, pero cuando decidió arrepentirse y obedecer las instrucciones, salvó a una ciudad de más de sesenta mil almas de las plagas y la destrucción total. En el libro de 1 Crónicas 21, el rey David se dejó tentar por satanás. Su ego y orgullo como rey de Israel fueron delante de él para ordenar un censo del pueblo del Señor que desagradó a Yahova Elohim. Por lo tanto, el Señor le presentó a David tres opciones que lo pusieron entre la espada y la pared como juicio por su error. Cuando admitió su error y se entregó a Yahova Elohim, el Señor perdonó al pueblo y mostró misericordia. Hay innumerables otros eventos, y si los observamos como lecciones, aprendemos que estar quebrantado y entregado es no confiar en los seres humanos. Si aceptamos la verdad del asunto de que hay un poder en el control de los grandes esquemas de la vida, el pensamiento mismo nos vuelve insignificantes en cualquier plano.

 El fruto del quebrantamiento

       La expectativa de entrega se convierte entonces en paz a través de la obediencia; productividad a través de la voluntad, aumento a través de la sumisión. Como alude la cita de apertura de este blog, la falta de quebrantamiento o rendición significa aislamiento. Significa que la ausencia de esa cualidad traerá frustración. Esto quiere decir que a menos que muramos a nosotros mismos y nos permitamos someternos a Yahova Elohim, no podemos servir a nuestra comunidad, no hay capacidad de estar presentes para nosotros y nuestras familias y la propensión al miedo, la depresión y la desesperanza se convierte en un parte diaria de la vida.

       Cristo-Yashua Hamashiac se entregó y se convirtió en el mayor ejemplo del principio y la expresión del amor. En el libro de Juan 3:30 Él dijo que Él debe "disminuir" para que Yahova Elohim pueda "aumentar" [porque] "El que de arriba viene, sobre todos es. En Marcos 14 :36 RV, Él dijo: "Abba Padre, todas las cosas son posibles para ti, aparta de mí esta copa; sin embargo, no sea lo que yo quiero, sino lo que tú quieras". Hasta que Cristo se rindió, la salvación para todos los medios no existía. Sin su sumisión y quebrantamiento, todos los sacrificios de bueyes, palomas y corderos juntos no podrían llevar al mundo a un estado de eterna vida y existencia con el Rey Eterno. El fruto de ser quebrantados por lo tanto es vida. Es consuelo, reconciliación, paz, felicidad y pertenencia. Cuando nos entregamos, obtenemos resultados, ganamos refugio.

      Para concluir, mientras observamos este período de acción de gracias, entreguemos nuestros corazones a las misericordias de nuestro amoroso Creador que nunca cambia. Descansemos en la esperanza de que aunque el mundo está cambiando ante nuestros propios ojos, nuestro Señor de los ejércitos quien sacó a Israel de la esclavitud nos llevará a través de esta y muchas otras incertidumbres por venir. Que seamos quebrantados ante su inmensidad y nos dejemos transformar y usar para su gloria.